viernes, 26 de abril de 2013

Madero y la democracia o de cómo un reformista se convierte en revolucionario


El conocimiento de la aportación política y jurídica de Madero es imprescindible para entendernos como integrantes de un Estado que no alcanza a constituirse como un Estado Constitucional y Democrático de Derecho. Madero fue el primer político de México que llegó a la titularidad del poder ejecutivo planteando una democracia liberal, que es un elemento imprescindible para que exista un Estado de estas características. Su ideario político lo defendió ante sus contemporáneos no sólo con la exposición de un marco teórico sino que lo promovió con la acción política. Como todos sabemos, Madero entregó su vida y su riqueza personal en la promoción de su proyecto político. Su coherencia política y ética están fuera de cualquier duda. Madero fue un hombre visionario, claro y honrado que quiso situar a México entre las naciones civilizadas y democráticas de su época. Este trabajo es un sencillo homenaje a su memoria y a su lucha.

Caricatura de Madero
Madero se anticipó a su tiempo porque reclamó para nuestro país una democracia liberal que aún no hemos sido capaces de construir. En sus aciertos los mexicanos debemos ver una orientación para el futuro de México, el que tiene que ver con la construcción de un sistema democrático y, de sus desaciertos, debemos aprender que los procesos de cambio político requieren de compromisos colectivos e incluyentes que involucran y atañen a todos y, que no son ni responsabilidad ni obligación del mejor líder. Si Madero fracasó, lo fue porque fue incomprendido por los sectores relevantes de su tiempo. La transformación democrática exige grandes dotes pedagógicas para transmitir los presupuestos, los procedimientos y los fines del cambio y, Madero las tuvo, pero no fueron suficientes para introducirlos en el alma individual y colectiva de los mexicanos.

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